jueves, 13 de diciembre de 2012

Promesa y Consagración en JMV

La Promesa
El camino de madurez humano y cristiano en JMV permite la identificación plena con la Asociación y en ella con la Iglesia asumiendo los compromisos propios del Bautismo que se renuevan en este acto de gracia y bendición al hacer Promesa de fidelidad a Dios, siguiendo el camino de María.

Esta Gracia se recibe luego de dos años en la Asociación y como fruto de un verdadero compromiso y testimonio Mariano Vicentino.
 Se le impone la Medalla Milagrosa.

La Consagración
Es una respuesta de fe que se convierte en programa de vida.
Es nuestro sí a la invitación de Cristo: "Si quieres...sígueme" (Cf. Lc. 9,23). Consagrarse es vivir intensamente en Cristo y por Cristo, siguiendo el Evangelio y buscando la perfección del amor. Para realizar este ideal encontramos en María el camino que conduce más directamente a él. Al hacer nuestra consagración hacemos nuestro su "fiat" a la voluntad de Dios (Lc 1.38) y la acogemos filialmente como el discípulo en su casa: "Ahí tienes a tu madre" (Jn 19,27). Por eso nuestra divisa es "A Jesús con María". Porque María potencia el don de nosotros mismos, nuestra disponibilidad y nuestra colaboración efectiva en la construcción del Reino.

Esta Gracia se recibe un año posterior a la Promesa y como fruto de un creciente compromiso y testimonio de vida cristiana, mariana y vicentina.

Se le impone la Medalla propia JMV

Tomado de : Manual de JUVENTUDES MARIANAS VICENTINAS de la Provincia de Bogotá

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